sábado, 14 de marzo de 2015

El pueblo.


1.            En la actualidad las cosas son como son porque las cosas se hacen como se hacen. También es cierto que aunque esté muy reglado las bases impositivas de  las Tasas y Contribuciones con las que se nutren las arcas municipales, la elasticidad que tienen las disposiciones actuales hasta que llegue el momento en las que cambien, la hemos de aprovechar para que sean y se utilicen en función del plan de necesidades y objetivos del pueblo y de sus gentes.

2.            Buscar nuevos contenidos y objetivos a los conceptos de ingresos con los que ha de contar el Consistorio tanto en el contribuyente como en las instituciones superiores y priorizar los gastos pensando en las personas y desde esta dicotomía llegar a incrementar las capacidades municipales para hacer frente a las necesidades reales de la población y trabajar por elevar los límites y mejorar las condiciones que promuevan otras instancias.

3.            Promover en esas instancias superiores para que la financiación municipal se vea incrementada de manera adecuada a las necesidades que ha de atender desde la idea de que ha sido un pueblo que por unos y otros ha quedado abandonado a su suerte. Se hace necesaria una forma totalmente contraria a la que se ha practicado en las últimas décadas y en la que la actividad municipal necesaria se tenga un concepto de servicio a la población.

4.            La amalgama con la que hemos de construir nuestro pueblo ha de ser una conjunción de los recursos naturales que tenemos desde que existe y que en buena medida históricamente han sido despreciados, con las capacidades de las personas que muestran niveles muy diversos y con las necesidades sociales existentes. Para reconstruir nuestro pueblo no hemos parar en costes, ni hemos de tener en cuenta los resultados inmediatos sino planificar el futuro.

5.            Es necesaria la revitalización del Casco Antiguo que paulatinamente se está quedando abandonado y que sigue siendo el baúl en el que se contienen todos los recuerdos de la historia de nuestro pueblo.
 Lo lograremos con algunos pequeños cambios en los usos y costumbres: comerciales, sociales y festivos, y llegaremos a llenarlo de vida económica y social sin permitir que las calles históricas del pueblo mueran inexorablemente.

6.            No es necesario más que darse un paseo por el pueblo y llegar a la conclusión de que se deben redefinir y reconstruir: las calles, edificios y casas que han contenido la historia de Buñuel y que de ser populosas, poco a poco están siendo abandonadas. Para ello hemos de promocionar y si es necesario forzar la reforma de las casas grandes del pueblo vacías o semivacías y darles utilidad pública o privada que ayuden a llenarlas de nuevo.

7.            Hemos de cuidar y ampliar las zonas recreativas, parques y plazas dentro del casco urbano dando utilidad a algunos de los corralones que guardan las aceras de algunas calles principales. Espacios libres que son propios de un pueblo llano y con terreno que en la actualidad son escasos y mal tratados. Implementaremos dentro del casco urbano paseos y arboledas como corresponde a una tierra por la que corre el agua por el subsuelo.

8.            Después de la expansión sin sentido a la que se ha llevado al casco urbano en los últimos años, nos proponemos no llevarlo bajo ningún concepto más allá de donde ha llegado hasta la fecha, y si acaso llenar los espacios que han quedado vacíos con zonas de descanso y esparcimiento. Ampliar zonas verdes fuera del casco urbano para esparcimiento de personas y  con respeto a los animales.

9.            La realidad es que nuestro pueblo, por sus calles más antiguas, puede llegar a ser admirado, año tras año, se ha ido abandonando y lo nuevo se ha alejado del centro hasta llegar a construir con esta forma de hacer, dos pueblos diferentes con un elemento en común: la cantidad de casas en venta y algunas de ellas si no abandonadas sí a expensas de una gran reforma. Hay que acabar con esta división que empobrece a Buñuel y sus gentes.

10.       A nosotros, salvo por algunas cosas importantes y profundas que se han de transformar, es que nos gusta nuestro pueblo y sus huellas, y creemos que podemos hacer de nuestras calles y de nuestro entorno un pueblo atractivo y tranquilo en el que la gente puede disfrutar de la vida con la gente. Sacar vida a la calle y colmarlas de personas que vayan y vengan a cualquier sitio, al menos en los meses en los que se soporta el aire.

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Esta tarde de sábado hemos estado reunidos unas horas en Pamplona.
Luego acudimos a la manifestación que  ha recorrido el centro de la capital navarra en favor del cambio y de una Carta de Derechos Sociales.
Mientras caminábamos, en un ambiente de alegría en el que se aceleraba el corazón y se reforzaba la voluntad de cada cual, hemos hablado y replanteado las propuestas sobre el trabajo y el pueblo.
Aquí han quedado transcritas
La manifestación que ha salido del parque de Antoniuti hasta la Plaza del Castillo en un paso entretenido que ha durado una hora.
El recorrido lo habían estructurado los más de cincuenta organizadores,en nueve bloques, diferenciados por colores que han aglutinado las diferentes reivindicaciones sobre los derechos de:
la mujer,
la sanidad,
la educación,
la exclusión social,
el trabajo,
los pensionistas,
la diversidad sexual.
los movimientos juveniles,
la memoria histórica
y las libertades civiles.
Son muchos de los aspectos y de los derechos que se ponen en juego en buena medida en las próximas elecciones municipales.
Es aquí desde los Ayuntamiento, la institución más cercana a la gente donde muchas veces hay que atender estos derechos que en ocasiones incluso son difíciles de detectar.

 
 
 
 
 
 
 

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