1.
Las fiestas son
un elemento importante y vertebral de la idiosincrasia de un pueblo. Queda
demostrado año tras año y cada año en mayor medida, que unas fiestas como las
que conocemos, cuyas formas provienen de cuando las fiestas eran las únicas
fechas de descanso de los que disfrutaba la población, en las que era casi
necesario una ruptura total con la vida cotidiana, ya no tienen ningún futuro
2.
Estas fiestas,
que son las mismas desde hace setenta y cinco años, hay que renovarlas del todo
en unos pocos años con la condición de que sigan emocionando a tod@s. Nada puede seguir siendo como lo ha sido
hasta la fecha en la que una generación ha impuesto sus gustos y aficiones.
porque lo que antes era un alivio y un respiro para la población, sin embargo
ahora embrutecen y adocenan.
3.
Hay que ser
concientes de que en estos tiempos de abulia en los que ya nada sorprende a las
personas que quedan mirando y en los que además hay poco con qué gastar,
verdaderamente las fiestas populares consisten: en sacar a la gente de su casa
a ver para no preguntar para que se aburra en la calle sin encontrar respuesta.
No es extraño por lo tanto que cada año es menor la porción de gente que
participa en ellas.
4.
Por diversas
razones, los días de fiestas despachan a mucha gente del pueblo, que no llegan
a sentirse protagonistas partícipes de sus propias fiestas a no ser que las
vivan dentro de la manada y que prefieren pasar sus días de asueto lejos de un
ambiente en el que definitivamente se estresan. Ya es una tradición que se
vayan a quitarse las telarañas a otro sitio. No es lógico que las fiestas que
se preparan para las gentes del pueblo terminen siendo para los forasteros que
no les importa malgastar las fiestas que no le son propias.
5.
La organización
de las fiestas ha de ser con una participación por parte de todos los sectores
del pueblo evitando el dirigismo municipal en la concreción de los actos a
realizar, atendiendo a todos los gustos tratando de satisfacer también a los
diferentes. La fiesta, el entretenimiento y el ocio y las condiciones de la
calle no son elementos que se hayan de poner en mano de un maestro de fiestas y
ceremonias dirigiendo el cotarro.
6.
Visto con cierta
perspectiva, hemos de concluir que no puede haber cuatro fiestas populares y
oficiales al año. No se puede negar que todas estas fiestas están programadas
con los mismos esquemas de siempre sin más alicientes que repetir lo que es
costumbre que se repita sin sentido y sin más remedio que pasar el rato. Unas fiestas
que se suceden año tras año y que nunca aportan nada nuevo de lo que quedarse
contento.
7.
Todos los fines
de semana y sobre todo en verano, se ha de promover ocio con un cierto carácter
festivo tratando de que se convierta en cotidiano un ambiente apacible en este
clima de la calle que sutilmente sustituya a las fiestas en unos pocos años y
las alargue durante todo el verano. Unas fiestas que además: eviten el maltrato
animal en su esencia y que no encuentre todo su sentido popular en el
calendario católico.
8.
En última
instancia hemos de procurar que estas fiestas populares: todos juntos al mismo
sitio, los mismo días y a la misma hora, participando de manera pasiva y
despreocupada sin más interés que ver a quien se encuentra en ese mismo sitio
haciendo lo mismo y alimentar el escepticismo. Unas fiestas que traten de tener
un mínimo atractivo para los visitantes a los que se les hace muy difícil
disfrutar en ellas si no van acompañados.
9.
Para llegar a
conseguir este contexto de fiesta sencilla se han de crear grupos de animadores
de ocio que se formen a medio plazo dentro de programas culturales organizados
dentro de las mismas actividades culturales locales, pensadas a tal efecto, y
con la idea de colaborar con los pueblos del entorno para que sea posible
mancomunadamente se vayan transformando las fiestas y su sentido más acorde a
lo que son y significan en la actualidad.
10.
A lo largo del
año, los bares se han de cuidar y darles vida por que fundamentalmente en el
pueblo no hay otros lugares en los que se puedan relacionar entre sí a toda clase de personas.
Aunque resulte extraño, en nuestro acerbo cultural compuesto de hábitos y
costumbres, estos puntos de encuentro son la base de socialización de las
personas y hemos de tratar de que sean medios de vida para sus propietarios y
que no se lleguen a cerrar.
Han llegado los bombarderos entre estruendos rompiendo la velocidad del sonido sobre nuestras cabezas y no queriendo ver la belleza de colores ocres que nos muestra estas tierras.
Nos encontramos en una plaza de Tudela en
la que hay muchas escalinatas donde se pueden sentar las personas que están
cansadas y reposar un rato. Vicente estaba hablando con otras personas y nos
dijo que le esperáramos que ya estaba acabando con lo suyo.
Allí nos sentamos, esperamos y escuchamos:
El hombre a sus años no para.
Siempre está con la guerra inacabada como
si la llevara cargada a sus espaldas. En este punto y hora les explicaba a sus
amigos cómo los hombres que defendieron a la República, al salir exiliados
hacía Europa tras su derrota, se alistaron como voluntarios para luchar contra
la ocupación nazi en diferentes países, con la esperanza, de que el régimen
franquista plenamente identificado con Hitler fuera depuesto por las potencias
aliadas una vez derrotado el ejército alemán y acabada la Guerra Mundial. Les
decía Vicente, haciendo sombra de las palabras con sus manos, que estas
esperanzas se vieron frustradas por el comportamiento de los gobiernos aliados
de occidente que no depusieron a Franco y que luego permitieron la
supervivencia del régimen dictatorial y se limitándose a impulsar el aislamiento
internacional desde la recién creada Organización de Naciones Unidas.
Gritaban con Franco.
Fueron el salvavidas de la dictadura.
El sol del mediodía daban verdad a las
palabras de Vicente y seguía contado que los Estados Unidos rompieron aquel
aislamiento con los acuerdos a los que llegó con Franco en 1951 que en
compensación les permitió implantar algunas bases militares, sin ningún control
bilateral. A cambio de aquellas bases militares, EE.UU. dio el espaldarazo
fundamental para que el régimen de Franco fuera reconocido por el resto de los
países y se aceptase su ingreso en la ONU. Fruto de ese rescate fue la creación
de este Polígono de Tiro de las Bardenas que no es precisamente un pilar en
honor de la democracia y es el baldón más ignominioso que queda en Navarra como
muestra vigente y en activo, de aquel espaldarazo internacional al franquismo,
de la pervivencia de aquel régimen durante cuarenta años. Se calla la voz de
Vicente haciendo como que no quiere que se le oiga pero ya todo el mundo le ha
oído.
Nosotras oíamos y pensábamos:
Recordamos que durante toda nuestra vida han
llegado los bombarderos entre estruendos rompiendo la velocidad del sonido
sobre nuestras cabezas, enseñando los tornillos que llevan en la cola cosiendo su
fuselaje a punto de reventar por el peso de la metralla que lanzan contra la
tierra de las Bardenas. Y vivimos calladas. A nadie parece importar las
personas que vivimos en esta zona, ni los accidentes registrados, que algunos
han sido mortales y que ya se han perdido en la memoria. Ni siquiera les
importa que esté el polígono en pleno corazón de una reserva mundial de la
biosfera: el parque natural de las Bardenas, declarado por la UNESCO, ni las
razones socioeconómicas y los usos tradicionales de las Bardenas por parte de
los pueblos congozantes.
Otras personas jóvenes también hablaban
entre nuestros pensamientos y seguíamos escuchando lo que decían y decían que nadie
tiene en cuenta todas estas razones, y sin embargo no importa vender la
seguridad y el bienestar de los habitantes, a los que se le oculta el tipo de armas y los materiales usados en las
pruebas, con las sospechas más que fundadas y nunca desmentidas del uso de
uranio en las pruebas, y a pesar de todo cobrar por los enormes y patentes
riesgos que han estado dispuestos a asumir los ayuntamientos sobre la población
y con el que se compra la voluntad de las personas pusilánimes y temerosas.
El sol caminaba hacia lo más alto sin que
lo pudiéramos alcanzar desde las escalinatas y que con su fuerza las voces
alcanzaban: en Europa, es el único polígono de tiro con fuego real en uso, un
recurso que resulta innecesario incluso en la perspectiva de permanencia de
ejércitos y del que sin embargo: el Gobierno de Navarra dice que es una gran
inversión medioambiental que produce importantes beneficios… y cuando era
Ministro José Bono solamente veía perjuicios a un polígono de tiro si se hacían
cerca de su casa y de la casa de lo suyos, pero sin embargo aquí en las
Bardenas solamente le resultaban beneficios… ¡ah! y Carmen Chacón decía cuando
se hizo el último contrato, que como no se encontraban otras alternativas más
baratas, sólo es viable un polígono de tiro si tiene una rentabilidad económica
y aquí en Las Bardenas la tenía… no contabilizaba la señora ministra los costes
de imponer riesgos graves y evidentes para la vida de una población humana,
aunque... pero lo más curioso de las explicaciones es la que argumentó el año
pasado el desparpajo insultante del ministro Morenés, cuando calificaba de gasto
social: los gastos que se ocasionaban en el polígono de tiro, y decía: desmantelar
el polígono de tiro sería, no sólo caro, sino
antisocial, un recorte más de los gastos sociales con los que se asisten a la
población.
A Vicente y a quienes allí estaban, también
les escuchaban dos hombres con una gran humanidad y unas barbas tan largas que
demuestran que hace muchos años que nadie se las ha cortado. En sus sonrisas de
utopía contagiosa desplegaban una convicción y un optimismo que hacen pensar
que lo que dicen es la verdad: la verdad de la buena. Con las manos saltando de
sus brazos como si estuvieran enfadados nos dieron algunas ideas que a nosotros,
aunque no perecieran imposibles, también se nos habían ocurrido y edcían entre
bromas y veras: no queremos el polígono de tiro ni en las Bardenas, aunque nos
paguen lo que nos paguen, ni aquí ni en ningún otro, y si dentro de tres años hay
que prolongar el contrato por otros diez años… ya veremos lo que hacemos con el
Ministerio de Defensa y la Junta de las Bardenas… pero a nosotros no han
bombardeado pero a nuestros nietos no los van a bombardear. Nosotros
trabajaremos por el desmantelamiento definitivo del polígono y por la integración
de sus terrenos en el Parque Natural… y por concienciar a la población de que
la paz es posible si no nos preparamos para guerra.
A ver si de una vez se acaba la guerra y
descansamos.
Pues nada, que nos ha dado la hora de
comer sin darnos cuenta.
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